Ya lo anuncié en mi artículo
sobre al acoso al Dr. Ponciano Mbomio (http://mansogo.blogspot.com.es
ó http://www.asodegue.org/agosto1712.htm)
El Círculo de Pensadores de Guinea Ecuatorial se reunió por primera
vez el pasado día 22 de agosto de 2012 en torno a un café y unos refrescos, para
hablar un poco de las bases de su funcionamiento y también de un tema que
preocupa a la intelectualidad guineana: la Universidad nacional. Este fue el
tema elegido.
El Círculo no es un grupo
político, pero los políticos serán los bienvenidos. Como decía, el Círculo es,
en principio, un espacio de charla, de tertulia, de reflexión, que irá
conformando su propio modo de funcionar sobre la marcha. El Círculo es para
gente deseosa, en medio de nuestro clima hostil al desenvolvimiento
intelectual, de remover abiertamente sus meninges sobre cualquier tema de
nuestra sociedad; es para gente capaz de hablar razonando, sin miedo a nadie ni
complejos, sin enfrentamientos inútiles entre los contertulios ni tampoco prepotencias,
sin el paralogismo de los paranoicos; es para gente capaz de hablar de cualquier
cosa, de lo que uno sabe, de lo que quiere o le interesa, de hacer preguntas
sobre lo que no sabe o lo que desearía saber con más detalles en presencia de
alguien que lo sabría mejor, de tolerar la contradicción ...
Tampoco nos dirigimos especialmente
a personas concretas. No. Simplemente reflexionamos libremente sobre lo que es
de todos nosotros, nuestra “res publica”.
De esto se trata. De desarrollar
un intercambio intelectual sano y cada vez más amplio en un contexto en el que
la intelectualidad no es precisamente muy bien vista; de promover un
intercambio intelectual sano y cada vez más amplio entre personas que experimentan
esta necesidad y son capaces de entenderse y de moverse hacia la anulación de
las tendencias opuestas; entre personas que hablen el mismo lenguaje y se
encuentren a gusto obrando por el desarrollo de estas capacidades. Naturalmente,
cada uno irá sacándole cada vez más motivaciones.
Este primer encuentro reunió
a tres contertulios. Uno de ellos era estudiante de la Universidad Nacional de
Guinea Ecuatorial (UNGE). No fue nuestra preocupación la de sacar conclusiones
de nada. Ya vendrá el momento. Aquí reflexionamos.
Sobre el funcionamiento del
Círculo, nos pareció más apropiado ir estructurando sobre la marcha. El ritmo
de encuentros será bastante irregular en estos comienzos; nos iremos llamando
los pocos que ahora lo formamos, mientras esperamos que otros se incorporen, y
nos encontraremos donde y cuando podamos estar tranquilos una horita hablando
de nuestras cosas, sin prisas. Los que quieran incorporarse ya saben a quiénes
llamar en este primer tiempo.
Sobre el tema elegido esta
vez, nuestra universidad nacional, aprendimos muchas cosas: que muchos
estudiantes apenas saben leer correctamente, y decimos muchos estudiantes. Ya
no digamos expresarse. Se nos confirmó que la universidad presenta profundas y
graves carencias en recursos materiales y humanos calificados. Por lo menos la
mitad de los estudiantes se queja de sus profesores, dándose perfecta cuenta de
las deficiencias de estos: faltan a clase con asombrosa facilidad; cuando
acuden, no dicen gran cosa durante sus clases, o hablan de cosas que no vienen
al caso evitando los temas principales; se muestran incapaces de responder con
claridad a las preguntas de los estudiantes o se enojan.
También hemos tenido la
confirmación de que falta hasta tiza. No hay textos. La bibliotecaria no tiene idea
de dónde se ubican los pocos libros que hay en la biblioteca, no sabe
encontrarlos cuando alguien los necesita.
Nos dicen que falta
mobiliario: no hay suficientes mesas ni sillas. Ahora hay hasta sillas de
plástico en las aulas.
Actualmente, en Malabo, hay
tres salas de informática, ¡qué bien! La última fue acondicionada por una
empresa petrolera. Pero la mayor parte de los ordenadores no funciona y parece
que a nadie se le ocurrió contratar los servicios de un técnico de mantenimiento. Solo la nueva
sala, la tercera, conserva todavía aparatos en funcionamiento.
Y, a propósito de los servicios de este nuevo edificio,
que no llevará funcionando más de siete meses, pues resulta que ya le chorrea
agua por todas partes inundando los pasillos de los estudiantes de Economía…
A la pregunta de saber cómo se puede
mejorar esta situación, se evocó la necesidad de empezar reforzando la
enseñanza secundaria pública, porque nuestros estudiantes universitarios dan
pena. Evidentemente, reclutar enseñantes de buen nivel. Y también que la propia
directiva de la institución tenga el nivel apropiado y demuestre interés y
capacidad para resolver los problemas universitarios.
Es cuando se nos ocurrió hurgar
por ahí, llegando a leer, por ejemplo, el artículo 61-3, a) de los estatutos de
la UNGE que dice: “para ser Rector, se
requiere poseer el grado académico de Doctor”. ¡Ah! ¿Sí? ¿Siguen vigentes
estos estatutos o han cambiado? ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!...
Entonces hemos mirado un poco más allá de
la UNGE. Y esto nos ha conducido a pensar que estas incoherencias no se limitan
a nuestra institución universitaria. También se registran en todas las demás instituciones
públicas del Estado. O sea, las personas que deben conformar las plantillas responsables
de su normal funcionamiento no se reclutan por criterios reglamentarios. Se
reclutan a la cara y a dedo. Tenemos, por ejemplo, el caso del Poder Judicial,
cuyos jueces y magistrados, según la vigente Ley Orgánica del Poder Judicial,
deben pertenecer a la carrera judicial, y ninguno de los nombrados actualmente
es juez de carrera. No hay carrera judicial y así ha venido funcionando el país
desde su accesión a la independencia. De modo que tenemos juzgados y tribunales
sin jueces ni magistrados y la justicia se encuentra donde está: por los
suelos.
Habiéndose agotado nuestros refrescos y
nuestras tazas de café, hemos decidido proseguir nuestras reflexiones en
próxima ocasión.
Muchas gracias
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